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jueves, 12 de noviembre de 2009

La Crónica/ Tlalpenses VS gasolinera



Opinión de
Perro Mundo(David Gutiérrez Fuentes | )

La gas en Tlalpan: si defiendo lo micro defiendo lo macro
David Gutiérrez Fuentes | Opinión
Jueves 12 de Nov., 2009 | Hora de modificación: 10:56

¿Qué opinión le merecería un ecologista que en su casa trata mal a sus mascotas? ¿O un político o un articulista que no participa en sus asambleas vecinales? Supongo que una de marcado escepticismo: qué cuates tan incongruentes.

En una mesa redonda a la que asistí recientemente, un connotado líder estudiantil del 68 se jactaba de no conocer a sus vecinos. En la misma mesa Roberto Donoso decía con mucho pesar que habíamos perdido el sentido de barrio. Yo diría que ni siquiera tenemos una cultura de barrio. No obstante, podemos generarla sin que eso implique meter las narices en las actividades de nuestros vecinos, salvo cuando éstas atenten contra el bien común y la vida pública.

La participación civil es fundamental aunque a veces las más nobles reivindicaciones no se consigan porque el aparato político del país, y de las grandes ciudades como la nuestra, está cohesionado para ignorar al ciudadano. Los poderes políticos en la ciudad se parecen mucho a los federales: se articulan básicamente para defender intereses de cúpula.

Hace poco más de un año di, junto con otros vecinos, una lucha para que los concesionarios de la ruta de ampliación del metrobús, mitigaran el impacto vial que terminaron ocasionando en varias calles de la delegación Tlalpan y sobre Insurgentes Sur. En marzo de 2008 escribí: “[ampliar] el Metrobús no únicamente es suprimir vueltas, restarle un carril a Insurgentes y talar árboles para instalar las estaciones y los puentes que conforman la ruta. Tlalpan, presenta problemas urbanos y demográficos absolutamente diferentes al resto de las delegaciones que atraviesa este transporte y que se pueden resumir en una frase que pocos tlalpenses podrán rebatirme: calles muy estrechas, con carpetas endebles y exceso demográfico.”

Aunque esa protesta condensaba varias demandas, todas se redujeron a no más de tres y entre ellas estaba reactivar una vuelta por Insurgentes a la izquierda en Santa Úrsula sólo en dirección sur norte, como la que hay en San Ángel. Escribí entonces: “Veamos paso por paso este singular experimento vial y ‘alternativo’ que podría rubricar el doctor Frankestein. Paso número uno: desfogar a un cuello de botella en el que sólo cabe un vehículo toda la circulación de Insurgentes Sur que sube por la avenida Santa Úrsula Xitla tanto a la colonia del mismo nombre como a otras diez más. Paso número dos: ignorar que el cuello de botella confluye a tres minicalles con una carga vehicular considerable. Paso número tres: encauzar, sin ningún eufemismo mediante, la fila india por una de las callecitas, Arenal, que deriva su nomenclatura por estar trazada sobre bancos de arena y de la que hay fotografías de pipas de gas atoradas por los boquerones abiertos debido al exceso de peso. Paso número cuatro: romper el camellón de Insurgentes en su cruce con Arenal y colocar un semáforo a dos calles de distancia del ya existente para que la fila india que va a once colonias cruce Insurgentes. Paso número cinco: proseguir por la misma callecita y desviar la circulación nuevamente a la avenida Santa Úrsula por otra calle llamada Cuautla que ni siquiera cuenta con banquetas y que además ya propició un amparo que está en curso. ¿Genial, no? La locura es tal que a las 15 horas un tramo de no más de doscientos metros que va de la calle 5 de Mayo al cruce con Insurgentes lo hice en 25 minutos, antes lo hacía en 2 ó 4 cuando mucho. Obviamente esto tiene enfadados a los vecinos de ambos lados de Insurgentes y propició los, espero, naturales movimientos cívicos contra la cancelación de la vuelta.”

Como a Marcelo Ebrard le apuraba inaugurar la ruta, se tuvieron reuniones entre el demagogo de Sánchez Torres y el secretario de vialidad, prometieron darle cauce a las demandas vecinales que eran (y siguen siendo) muy razonables, pero la solución Frankestein se impuso y sigue vigente.

Por eso confieso que me mostré escéptico ante la posibilidad de que los vecinos del Conjunto Residencial Tlalpan II con el que colinda el proyecto de la gasolinería “Servicio El Tlalpense” que dejó aprobada Sánchez Torres y que Higinio Chávez está apurando para que se termine de construir, lograran, primero, articularse como un movimiento en contra de un propósito demencial pues 200 metros adelante está el semáforo de Arenal, a 800 el autoservicio Leo y a poco más de un kilómetro la gasolinería de El Caminero, y, segundo, que pararan a la mafia que gobierna Tlalpan, mafia, por cierto, que a través del CEN perredista ha canalizado jugosas donaciones partidistas de la familia Talavera involucrada en la gasolinería. Lo anterior lo escribo con base en una información difundida por Rodrigo Bengochea, misma de la que se desprende que la parentela del restaurante de carnitas que desea ampliar su giro al de combustibles, donó $100,000 mil pesos en 2005 (folios 27 y 33 del IFE.)

Lo cierto es que, mi primera muestra de escepticismo se topó con una saludable realidad. Los vecinos Conjunto Residencial Tlalpan II ya están organizados y han salido dos veces a la calle a informar a la ciudadanía que no quieren una bomba de tiempo junto a su casa como se aprecia en un video realizado por difunet.

En su segunda salida amarraron compromisos de prácticas de las que se lavó las manos el funcionario Enrique Shauri Maldonado de la Cruz Gómez: “definitivamente estamos en la apertura de apoyar a los vecinos para solucionar las broncas de la pasada administración.” Y lograron comprometer al delegado, como se aprecia en la gráfica, para que las obras cesaran por diez días mientras se revisaba la legalidad, violada por donde se le busque, de El Tlalpense. Pero he aquí la ruindad que me ha vuelto receloso respecto de la mafia que gobierna Tlalpan. De acuerdo con Javier Méndez, uno de los más comprometidos integrantes del Comité de Vigilancia del conjunto Conjunto Residencial Tlalpan II, las obras siguen pese a mediar documento firmado por el delegado. ¿De qué se trata, pues? Y perdón de que lo exprese términos de enojo: ¿de que a los tlalpenses nos quieran seguir viendo la cara de pendejos? Es el dinero, ya lo sé.

sangre- binaria

dgfuentes@hotmail.com